Cuántas plumas más

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Acualela de José Manuel Benítez Ariza

Una tormenta me invita a danzar
a la canción infernal de su furia.
Sin pies para el baile, me atrevo a volar
y los rayos me arrastran hacia la locura.

Raudo, huyo del sino fúnebre,
un miedo que, hace eras, me percude.
Incurable, regreso a los traumas,
polilla atraída por la oscura nube.

Por fin, la ansiedad se disipa
y al eco hueco de su rabia queda
una calma que nunca es completa,
heridas que el tiempo en las alas abriga.

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